Les voy a compartir un secreto: hace 3 años atrás, mi vida entera estaba girando a mil por horas. Todo a mi alrededor estaba cambiando de manera tan radical y drástica que fue como tirarme de un avión y leer el manual del paracaídas en plena caída.
Recuerdo que me dije a mi misma: “si tuviera que elegir un título para este capítulo de mi vida lo llamaría ‹bailando con la incertidumbre›”. Y justo cuando parecía que al fin iba a cerrarlo y abrir un capítulo nuevo, el mundo entero a como lo conocemos cambió total y contundentemente. Nuestra “realidad” se alteraría, la población a nivel mundial se detendría por días, el ser humano mostraría su mejor y su peor cara, en fin…la tierra ardería. Y con ello: la incertidumbre pasaría de ser el simple título de un capítulo, a convertirse en la historia completa de muchos.
Pero aterrizando a conceptos: ¿Qué es la incertidumbre? En síntesis, la incertidumbre es la falta de certeza, seguridad, confianza, conocimiento, decisión (…). Corporalmente hablando, para mí la incertidumbre es la sensación de tener un nudo en el estómago mientras caigo en un abismo, sin saber por cuanto tiempo caeré o si habrá algo que prevenga que dicha caída sea mortal. Es duda, miedo, desconfianza, preocupación, estrés.
A mi parecer, con la llegada del coronavirus en el 2019 y su propagación a nivel mundial en el 2020, la incertidumbre se mudó a vivir a todos los hogares del mundo, al mismo tiempo y con muchísima intensidad.
Con los ánimos de saber si habíamos más que nos sintiéramos identificados con esto, pregunté en las redes sociales de @garabateannedo:
Si tuvieran que describir su año 2020 en una sola palabra, ¿Cuál sería?
Las respuestas más comunes fueron las siguientes: ‹Estrés, angustia, ansiedad, tristeza, encierro, fondo, incertidumbre, caos, cambios, resiliencia, supervivencia…›
Y hoy quiero que garabateemos un poco al respecto, ya que este es un factor común en nuestras vidas que no está solo relacionado al tema de la pandemia mundial por COVID-19.
Sin importar cuál sea la situación que hayas pasado o estés pasando actualmente en tu vida, podemos concordar que la incertidumbre no es una sensación agradable, es realmente incómoda. Todos la procesamos de maneras distintas en nuestra mente y cuerpo: a muchos los puede llegar a paralizar el miedo de no saber que depara el futuro; a otros puede hacerles tomar decisiones precipitadas e irracionales. Lo primordial aquí es que te detengas, pienses e identifiques: ¿Cómo se siente la incertidumbre en mi cuerpo? ¿De qué manera estoy reaccionando ante ella?
Lo siguiente es que comprendamos que la incertidumbre es una sensación inevitable en nuestras vidas. Al final del día, nuestra vida es sumamente volátil y está en constante cambio. Sin cambios, no hay vida. Y ningún cambio es certero [¿O es que acaso podemos confiar ciegamente que cada vez que vamos al peluquero/barbero, nos corten el pelo tal como queremos?]
Por ello, es vital hacer un proceso de introspección y aceptación interna, y encontrar tácticas, consejos o estrategias para aprender a afrontarla. Desde mi experiencia personal, les comparto las siguientes:
→ Encuentren un lugar donde se sientan seguros, y •respiren•
Antes, mi lugarcito era en mi antigua terraza, entre flores y plantitas. Ahora, es en medio de la naturaleza. Adáptense a lo que tengan disponible, de manera que puedan descubrir o construir un espacio en el que se sientan cómodos, confiados, y puedan desprenderse del mundo por unos minutos. Y si: tomen aire y respiren profundamente, tantas veces como sean necesarias para regularse cuando la incertidumbre se apodere de ustedes y se sientan inquietos o agitados.
→ Practiquen algún tipo de meditación
Yo solía pensar que meditar era sentarse de piernas cruzadas en un mat, con incienso, mientras decías: “OMMM”. Y que meditar = tener la mente en blanco [toda una Misión Imposible para un overthinker]. No obstante, he aprendido que meditar significa controlar tus pensamientos, no hacerlos desaparecer. Y créanme cuando les digo, a veces meditar por tan solo 3 minutos al día les puede ayudar a reducir sentimientos de preocupación y/o nerviosismo provocados por la incertidumbre.
→ Identifiquen sus emociones y encuentren una manera de canalizarlas
Pregúntense: ¿Qué estoy sintiendo en este momento? ¿Por qué me siento así? – Y luego traten de reconocer si lo que sienten es: enojo, asco, sorpresa, alegría, miedo, o tristeza. Una vez que sabemos lo que sentimos, podemos explorar medios para canalizarlo. Hay quienes dibujan, otras cantan, otras bailan, otras escribimos… en fin, les insto a que descubran cual es la manera predilecta para ustedes.
→ Pedir ayuda profesional
Hace años, ir a terapia era un tema muy tabú. Hoy en día, nuestra sociedad reconoce la importancia que la salud mental representa para nuestro desarrollo humano. Muchas veces, la incertidumbre y otras situaciones de vida se convierten en cargas tan pesadas, que impiden el desarrollo de nuestras actividades del día a día. En estos casos, no tengas miedo o vergüenza de acercarte y pedir ayuda a un profesional certificado de la salud. Ir a terapia es uno de los mejores regalos que uno puede hacerse a uno mismo, y puedo confirmar que se lo agradecerán a corto, mediano y largo plazo.
→ Abrazar y aprender a bailar al ritmo de tu incertidumbre
Por último, cierro con una de las recomendaciones más importantes: aprender a aceptar y convivir con su incertidumbre. Nada de lo que hagamos puede hacer que la incertidumbre desaparezca, y honestamente, necesitamos de ella en nuestra vida. La incertidumbre nos obliga a detenernos, pausar y pensar, analizar, buscar soluciones creativas, atrevernos a salir de nuestra zona de confort, expandir nuestros límites y muchas veces, superar nuestras expectativas.
Por ello, les invito a que nos atrevamos a afrontar aquellas situaciones que nos generen incertidumbre en la vida con nuestra mejor actitud. Yo por mi parte, ya dejé de reprocharle tanto su existencia, y estoy aprendiendo a seguirle el paso y bailar al compás que me dicte ♪
#Garabateannedo #ElBlogParaOverthinkers #GarabateannedoPensamientos
#SaludMental #Incertidumbre #AfrontarLaIncertidumbre #Consejos