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¿Cómo el COVID Shaming afecta a los familiares de pacientes de COVID-19?

La semana pasada nos adentramos a garabatear el concepto del COVID Shame y a verlo desde la perspectiva de quien ya lo vivió en su propia piel. Si te lo perdiste, puedes leer el artículo completo aquí: https://garabateannedo.com/que-es-el-covid-shame-y-porque-necesitamos-hablar-de-ello/

En esta ocasión, vamos a explorar el otro lado de la moneda: la perspectiva del familiar de quien enfermó por COVID-19. Cuando decidí tocar el tema del COVID Shame, hice una encuesta en Instagram para conocer si quienes habían atravesado esta enfermedad, sintieron algún tipo de estigma por ello. La aplastante mayoría dijo que SI, y aunque cada testimonio fue distinto, al mismo tiempo fueron demasiado similares. Les comparto a continuación algunas de estas respuestas, agradeciendo inmensamente a todos aquellos que hicieron posibles este post:“Cuando le compartí a mi familia que estaba enfermo, reaccionaron con mucha ira. Me gritaban: ¿Por qué no te cuidaste? ¿Y ahora, qué vamos a hacer? ¿Y dónde fue que te enfermaste? Lo más seguro es que fue ese día que te viste con tus amiguitos…Si nos enfermas a todos, ES TU CULPA (…) Realmente, me sentí como una cucaracha…”

“Cuando la familia de mi pareja se dio cuenta que estaba enferma, se alejaron totalmente de mí, incluso por teléfono… ¡Como si por una llamada se pasara el COVID! Eso me afectó muchísimo…”

– “Mis roommates me acusaron de ser un descuidado, de no cuidarme o protegerme lo suficiente… y yo si me cuidaba. Simplemente, me pasó.”“Pasé más de un mes esperando poder regresar a trabajar y mis jefes no me lo permitían porque mi examen seguía saliendo positivo. Fue tan FRUSTRANTE.”

“Aunque ya estaba full recuperada semanas atrás, una de mis roomates se negó a querer convivir conmigo y me trató con repulsión como si aún siguiera enferma… Me sentí tan sola y aislada…”

Lo interesante es que además de confirmar que el estigma social por COVID ocurre más seguido de lo que me imaginaba, descubrí que este afecta directamente a los familiares de la persona contagiada.

Detengámonos por un momento y ubiquémonos en el mes de marzo del año 2020. Nuestras vidas estaban a punto de cambiar para siempre y no lo sabíamos:

► ¿Qué sentimientos o situaciones se apoderaron de nosotros cuando el virus empezó a arribar a nuestros respectivos países? (Ignorancia, pánico, miedo, nervios, frustración, desconocimiento, histeria colectiva, impotencia… la lista podría ser eterna).

► Ahora pensemos en los primeros casos de COVID de cada municipio, ciudad o país, y como todo nuestro sentir afectó la manera en que reaccionamos ante esta noticia. Como muchos núcleos familiares fueron discriminados o excluidos cuando alguno de sus miembros enfermó por el virus. Como gran parte de la sociedad actuó desde la paranoia y no desde la empatía, tanto hacia los familiares como hacia los enfermos.

¿Pueden apreciar como este estigma trascendió a ambas partes?

‹Viviendo el COVID Shame desde afuera: la perspectiva de un familiar›

“Para muestra, un botón” dice el famoso dicho, así que les dejo un pequeño extracto de uno de los testimonios más poderosos que me fueron compartidos:

“Mi hermano fue uno de los primeros casos confirmados de COVID-19 de nuestra comunidad y el primero de nuestra familia. Hubo muchísimo rechazo hacia él tanto por parte de nuestra propia familia, como por parte de nuestros vecinos, compañeros de trabajo y otros (…) Nos hicieron sentir como si la persona enferma y nosotros (su familia) éramos culpables de lo que estaba pasando; nadie se nos quería acercar… fue un cambio total en nuestras vidas… y después vimos cómo todo se revertía y nosotros no éramos los únicos afectados (…) Temíamos que nuestros seres queridos se contagiaran, y nos agobiaba la culpa. Tuvimos mucho miedo a la hora de hablarlo, y cuando por fin agarramos el valor de hacerlo, la respuesta de los demás fue muy hiriente: nos señalaban y culpaban, en vez de mostrarnos algún tipo de empatía (…) Uno de los momentos más difíciles fue cuando nuestros propios padres eran los que nos acusaban, pues buscaban a un culpable a quien responsabilizar del caos (…) El tener a nuestros familiares hospitalizados fue tan duro… muchas veces los hospitales se quedaban sin cupo (…) Cuando afrontamos pérdidas familiares nos daba pena avisarle a los demás para que nos acompañaran… Pero hubo quienes se atrevieron a apoyarnos en los momentos más duros… Creo que sin esos ángeles no hubiéramos podido lograrlo (…) Me sentí tan sola, frustrada, aislada… no quise decirle esto a NADIE, no sabía en quien contar o con quien desahogarme. No quería vivir las críticas, la angustia, la acusación… el chisme (…) Si hoy pudiera hacer algo diferente la verdad es que no lo callaría, diría lo que siento y por lo que estoy pasando… creo que no hay nada que avergonzarse, ya que esto le puede pasar a cualquiera…”

Como pueden apreciar, el sentimiento de ‹culpa› ya se auto-infligido o por terceros, es un factor determinante en el tema del COVID Shame. Y puede deberse a un factor psicológico: la culpa hace que sintamos un estado de “falso control” de una situación que realmente está fuera de nuestras manos. Pero las campañas promotoras de culpa/vergüenza/estigmatización social no son útiles para la prevención de la propagación del virus. Por el contrario, generan efectos muy negativos cargados de perjuicios para quien se encuentra afrontando de por si una carga muy grande, que puede llegar a ser mortal.

¿Por qué no debemos de ejercer el COVID Shame sobre los demás?

– El generar sentimientos de vergüenza/culpa en las personas contagiadas de COVID o sus familiares, puede incidir en que estas no sean honestas sobre su diagnóstico con los demás.

– Se aísla aún más al enfermo de COVID y/o a sus familiares.

– Se genera una discriminación hacia la persona contagiada y a quienes lo rodean, tanto directa como indirectamente.

– Se genera una carga negativa más para quien está enfrentando la enfermedad.

– Se niega un espacio libre de juicios a la persona enferma de COVID para que exponga su sentir y sus verdaderos síntomas.

– Se deja a la persona contagiada y/o a sus familiares solos en los momentos en que más necesitan de nuestra empatía, comprensión y acompañamiento a la distancia.

Espero que estos artículos puedan generar discusión, difusión y consciencia sobre este tema tan importante, pero tan ignorado por nuestra sociedad. Al final todo se resume en reaccionar con un poco más de empatía, comprensión y respeto –tanto para nosotros mismos, como con los demás–.

[Si te ha gustado y ha resonado contigo, por favor compártelo para que seamos más personas haciendo pequeños cambios♥]

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1 thought on “¿Cómo el COVID Shaming afecta a los familiares de pacientes de COVID-19?”

  1. Mi querida Anne, me llega esta segunda parte, justo cuando estoy pasando x una situacion asi. Mi abuelita tiene covid. Y creo q la busqueda de culpables es el primero de los mecanismos de defensa que sale ante el caos mental que sufrimos. En mi caso he intentado no hacerlo, porque entiendo que quien la haya enfermado no quiso hacerlo. Pero es una situacion dificil y creo que apoyar a la familia inmediata es lo mejor. Ellos ya llevan la carga del cuido de la persona enferma y no hay razon para sumar una carga mas.. Yo no puedo estar con ella pero en la distancia tienen mi apoyo.
    En el post lei una de las experiencias que decia que las personas se alejaron incluso por llamadas.. y eso es lo mas cruel. Xq el virus no se pasa x una llamada, por un mensaje. Pero mientras no se tomen las reales conciencias de lo que estamos atravesando no se podra erradicar los estigmas.
    Quedo siempre atenta a tu blog. Y a tus proximos escritos!!

    Me encanta Leerte. Un Abrazo mi querida Anne. siempre en mi corazon!!

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